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Deidades ancestrales zoques

Mönku’ (Mö es igual a «rayo», n es un marcador posesivo de segunda persona en singular, y ku’ significa «árbol»). Es decir, Rayo del Árbol, nombre con el que se conoce al hombre-rayo. El Rayo del Árbol se concibe como un anciano muy fuerte, que vive en la copa de los árboles y anda desnudo. Para convertirse en rayo brinca hacia el cielo gritando y se posa en las nubes.

Existen en la concepción zoque cuatro tipos de hombres-rayo, los que se distinguen por color, origen y acciones, a saber: el Rayo Azul es benévolo, viene del Norte y propicia abundantes lluvias; el Rayo Blanco viene del Sur, y actúa cuando hay calor provocando sequías; se considera propio de los rayos «secos», que pueden caer en pleno día soleado sin presagio de lluvia; el Rayo Verde «se asoma» por el Oriente, y se hace acompañar de nortes, tormenta eléctrica y vientos huracanados; por último, el Rayo Negro, que es el del poniente, terriblemente destructivo, y el responsable de incendios, aunque muestra cierta preferencia por impactar en templos católicos.

Razones sobran, en la percepción cristiana, para considerarlo el Diablo mismo. No obstante, según los zoques, el «Diablo» podría ser invocado en su papel de hombre-rayo para propiciar o detener lluvias. La esposa del rayo, toda vez que está asociada al agua, es la rana.

Esta doble concepción hace del «costumbrero», desde la representación cristiana, un ser ambivalente; sin embargo, para este último, su rito de invocación no es al mal, sino al dios de la lluvia, a la fertilidad. (Laureano Reyes Gómez)

Todo ésto y más en El Cenzontle, éste sábado 22 de agosto en punto de las 7:00 a.m. por RADIOMÁS, identidad con diversidad.