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El organillero: profesión en peligro de extinción.

Los primeros instrumentos llevaban la marca Wagner y Levien, pero cuando comenzaron a ser importados por otras casa de instrumentos musicales, los Frati & Company se hicieron los fabricados más populares hasta 1912.​Como sea, los organilleros actualmente son un componente nostálgico de la cultura y sociedad del siglo XIX en varios países, como Alemania, Francia, Suiza, Argentina, Chile y México.

En México esta tradición persiste gracias a las grandes cantidades de instrumentos que se compraron a inicios del siglo XX, y aunque no se dejan vencer por las nuevas tecnologías,  los organillos han ido decayendo porque ya no hay fabricantes y el paso del tiempo hizo que los organillos se convirtieran en fuente de refacciones, estén en manos de coleccionistas.

En México existe, desde 1975, un sindicato de organilleros que cual cuenta con no más de 200 miembros. Se distinguen por su uniforme café, tomado de los uniformes del ejército del general Francisco Villa. Otro grupo mucho menos conocido, es la ‘’’Unión Libre’’’ la cual se distingue por su uniforme gris.​

Usado inicialmente en circos y teatros la imagen del organillero acompañado por un mono fue de lo más habitual, ya que imitaba la forma europea de explotación; este mono era comúnmente un mono araña. Hoy en día es un oficio que poco a poco se desaparece. Si tienes oportunidad de verlos por la calle dales una moneda y ayuda a preservar esta tradición de los organilleros mexicanos.

Un buen organillero debe saber cargar el cilindro, zanquearlo, alzar la navaja y mover el rodillo para seleccionar la pista deseada. De lo contrario se desafina el instrumento. Además, no es sólo darle vuelta a la manivela. Cada canción lleva su consonancia y su contexto. Mientras Las golondrinas exigen un ritmo despacio, Cielito Lindo pide más velocidad y Carta a Eufemia tiene muchas pausas.

Los organilleros trabajan de lunes a domingo. No tienen prestaciones de ley ni un sueldo por parte del gobierno. Sin embargo, es un trabajo que se remonta al Porfiriato y a la Revolución de 1910. Es decir, que su valor está en la tradición, y no tanto en su rentabilidad.

Información:
https://expansion.mx/carrera/2020/02/21/organilleros-caminar-50-kilometros-al-dia-por-300-pesos