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Las desigualdades cuestan vidas. Del sida a la COVID-19

El 1 de diciembre de cada año, el mundo conmemora el Día Mundial del Sida. Ese día gente de todo el mundo se une para apoyar a las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus, y para recordar a las que han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida. En el año 2020, todos los ojos se han puesto sobre la pandemia de la COVID-19 y sobre cómo esta ha afectado a nuestra salud. Hemos corroborado de qué manera las pandemias hacen tambalear tanto nuestra existencia como nuestros medios de vida. La COVID-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con otros problemas fundamentales, tales como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico. Con todo esto en mente, el lema del Día Mundial del Sida este año es «Solidaridad mundial, responsabilidad compartida».


El Instituto de Epidemiología de Rospotrebndzor, junto con la división local de la Coalición Internacional de Preparación para el Tratamiento (ITPC) y con el apoyo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), entrevistó a 931 personas, tanto portadoras del VIH como seronegativas. La encuesta se llevó a cabo en julio pasado en 68 de las 85 regiones de Rusia.

«De acuerdo con el estudio, el número de las personas con los marcadores detectados del covid-19 resultó cuatro veces superior entre aquellas que viven con el VIH que entre las seronegativas», señala Rospotrebnadzor en un comunicado.

Según la encuesta, la mayoría de los positivos al VIH y al covid-19 se exponían objetivamente a un mayor riesgo de contraer el nuevo coronavirus debido a un importante número de fuentes de infección en su entorno inmediato, el escaso uso de medios de protección individuales y la subestimación del peligro de contagio.

De acuerdo a ONUSIDA Los servicios de VIH deben seguir estando disponibles para las personas que viven con el VIH o que corren el riesgo de contraerlo. Esto incluye garantizar la disponibilidad de preservativos, terapia de sustitución de opiáceos, agujas y jeringas estériles, reducción de daños, profilaxis previa a la exposición y pruebas de VIH.

La pandemia de la COVID-19 ha revelado las enormes desigualdades enquistadas en nuestras sociedades, azotando con más fuerza a los más débiles y vulnerables. Del mismo modo, hemos comprobado con qué magnitud las desigualdades sociales y económicas han aumentado la vulnerabilidad al VIH de los grupos marginados.

Sin embargo, esta crisis también pretende llamar nuestra atención para que actuemos, se nos presenta como una oportunidad para hacer las cosas de forma diferente: bien y juntos. En muchos aspectos, el poner fin al sida como amenaza de salud pública depende de cómo el mundo logre responder a la COVID-19.

https://www.unaids.org/es/covid19

https://www.unaids.org/es/resources/campaigns/world-aids-day-2020