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Los hongos comestibles ayudan a prevenir el cáncer en los hombres

En las últimas décadas gran parte de la población mundial tiene una dieta deficiente en proteínas. Por ello, se han realizado diversas investigaciones que buscan obtener alimentos con un alto valor en proteínico como fuente nutritiva para consumo humano. Sin embargo, el aumento de la población, la reducción de las áreas de cultivo y los cambios de las condiciones ambientales han provocado que este esfuerzo sea insuficiente.

¿Qué significa comer bien?

El comer bien significa incluir en su dieta diaria frutas, verduras y cereales. Sin embargo, el consumo de alimentos que aporten proteínas y otros nutrientes es importante pero no suficiente, además de ello deben de ser saludables. Por citar algunos ejemplos, los espárragos y las toronjas poseen cualidades cuyo consumo da un valor agregado a nuestra salud. Los primeros contienen folato, el cual es necesario para el control de la homocisteína –sustancia cuyo exceso aumenta el riesgo de afecciones cardiacas–, y adicionalmente es indispensable durante el embarazo ya que protege al feto contra defectos del tubo neural. Su contenido de antioxidantes como el betacaroteno y glutation son de gran importancia, así como la presencia de minerales como el potasio.

Por su parte la toronja también contiene betacaroteno y licopeno, en este último se ha encontrado que reduce el riesgo de contraer cáncer de próstata. Sin embargo, no sólo existen los alimentos de uso común, sino otros como algunos hongos cultivados, de los cuales la mayoría de la población conoce poco, por la escasa difusión que se les da.

¿Los hongos en realidad son una alternativa alimenticia?

Los hongos han sido conocidos especialmente por las culturas orientales, particularmente en China y Japón, por sus propiedades medicinales, su agradable sabor y valor nutricional. Se han utilizado como alimento en todas las épocas y en todas las culturas. Desde hace siglos los hongos son un alimento básico en muchos países, y Japón se ha puesto a la vanguardia en la investigación sobre sus beneficios para la salud.

Las proteínas de los hongos poseen los nueve aminoácidos esenciales en la dieta para el ser humano y contienen vitaminas como la B1, B2, B12, D, niacina y ácido pantoténico.

Actualmente se sabe que ciertos hongos refuerzan el sistema inmunitario y ayudan a combatir ciertas enfermedades como la artritis reumatoide, entre otras. Tienen alto contenido de ácido glutámico –aminoácido que entre otras funciones inmunitarias ayuda a evitar las infecciones–, también una buena cantidad de potasio que ayuda a reducir la presión arterial.

El conocimiento de las propiedades medicinales de los hongos se ha expandido en la civilización humana cada día más. Se han identificado numerosos componentes bioactivos, los cuales exhiben efectos anticancerígenos, antitumorales, antivilares, antibacteriales, hipocolesterolémicos y hepatoprotectivos.

A pesar de que existe un gran número de hongos con propiedades medicinales, sólo  unos pocos han sido seriamente estudiados y utilizados, entre ellos el champiñón (Agaricus bisporus), el shiitake (Lentinula edodes) y el seta (Pleurotus spp.).

El champiñón contiene selenio, el cual funciona como antioxidante y ayuda a prevenir el cáncer de próstata. Este compuesto interactúa con la vitamina E para neutralizar los radicales libres que dañan las células. En experimentos con animales de laboratorio, los investigadores del Centro de Cancerología City of Hope de Los Ángeles, han observado que ciertas sustancias del champiñón neutralizan la acción de una enzima que interviene en la producción de estrógenos –hormona que puede propiciar la aparición de cáncer en mujeres posmenopáusicas–.

Por su parte, en el shiitake, llamado hongo japonés, poco conocido en México pero muy estudiado en otros países, se ha detectado la presencia de lentinano, que en experimentos con animales, se ha determinado que vigoriza la actividad inmunitaria y de eritadenina que ayuda a reducir la concentración de colesterol en la sangre.

Las setas, comúnmente comercializadas en los mercados de México, contienen polisacáridos anticancerígenos. También producen lovastanina, un compuesto aprobado en los Estados Unidos por la FDA (Food and Drug Administration) en 1987, para tratar los altos niveles de colesterol en sangre. Adicionalmente, estudios con ratas de laboratorio parecen indicar que las setas poseen propiedades antitumorales.

Los hongos son un recurso prometedor de alimento fisiológicamente funcional, así como una fuente para el desarrollo de medicinas, productos farmacéuticos tales como drogas, suplementos dietéticos y bebidas saludables.

Instituto de Ecología, A.C., Xalapa, Ver.
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