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Los murciélagos, las otras víctimas del coronavirus


Aida Pozos Villanueva de la Revista La ciencia y el hombre de la Universidad Veracruzana para el programa El Show de la Tierra.

Si bien con esta pandemia las comunidades humanas deberemos adaptarnos a nuevas condiciones, con el afán de mantenernos sanos, es muy importante reflexionar que, así como todo ha cambiado para nuestra especie, hay muchos ecosistemas, y sus especies incluidas, que han sufrido cambios como producto de este evento que nos puso en alerta. Por ello reiteramos la importancia de estar informados y buscar hacerlo en los medios más confiables, es decir, ir siempre de la mano de la ciencia.

Los murciélagos y sus comunidades son uno de los grupos que hoy están sufriendo el impacto al considerarse, quizá injustamente, responsables directos de la enfermedad que puso en jaque a la humanidad. Si bien ahora mismo se están estudiando y pronto se estará publicando todo acerca de la injerencia de este grupo en la infección de COVID19, no ha faltado la nota roja que puso en la mira a uno de los grupos de mamíferos voladores que realizan importantes labores de polinización, dispersión de semillas y control de plagas, beneficios que aportan a casi todo el planeta, gracias a la amplia distribución de sus más de mil especies.

Sin duda estudiar a estos mamíferos que vuelan, que ven con los oídos, que descansan colgados de cabeza durante el día y trabajan durante la noche, que se alimentan de materias muy diversas, algunas tan delicadas como el néctar o el polen de las flores, siempre será sorprendente. Puedes encontrar más información sobre estas maltratadas criaturas, con quienes hemos compartido nuestro planeta durante miles de años, en algunos textos que se han publicado en la Universidad Veracruzana.  Por ejemplo, los invitamos a buscar el libro Murciélagos. Respuestas al vuelo, una extraordinaria traducción de Jorge Galindo al texto original de Don Wilson, estudioso de los murciélagos que ha escrito una docena de libros.

Además en la revista La ciencia y el hombre se ha publicado un artículo que habla sobre una biblioteca de sonidos de murciélagos, en donde nos muestran que los murciélagos no cantan mal las rancheras, ya que ellos utilizan los músculos de su laringe o su lengua, estos mamíferos voladores emiten sonidos que al regresar en forma de eco les permiten construir un mapa de lo que se encuentra a su alrededor. Así, detectan desde posibles presas hasta obstáculos para su vuelo. Más interesante resulta el que estos llamados son específicos para cada especie de murciélago. Esta característica acústica permite a los investigadores conocer más detalles sobre la diversidad de murciélagos en una determinada región, saber también el uso que le dan a su hábitat, sus periodos de actividad y su relación con variables ambientales como el cambio de temperatura. Dada esta importancia, la Conabio desarrolló un proyecto para compilar una fonoteca de referencia de murciélagos insectívoros que habitan en México, buscando construir una plataforma de sonidos a nivel nacional.

Los murciélagos son susceptibles a los cambios ambientales, entonces pueden ser indicadores del estado en el que se encuentra un hábitat. Sin duda, es importante saber que tratamos con un grupo que potencialmente puede informar sobre el estado de los ecosistemas y su respuesta ante impactos ambientales, es decir, son un apoyo para tratar el cambio climático.

Con estos breves datos, esperamos despertar en ustedes el interés por conocer a estos mamíferos antes de asumir una postura a través de simples notas amarillistas que se olvidan de considerar que todos tenemos derecho de habitar este planeta.