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Malnutridos, enfermos y distraídos: así nos sorprendió el Covid en México


Juan Mayorga para el programa El Show de la Tierra

Conforme avanzan los meses y las investigaciones serias sobre los distintos aspectos que ha tocado la pandemia de Covid19, se asientan los humos y se visibiliza la verdad sobre la interacción entre esta nueva enfermedad y la pandemia de enfermedades crónico-degenerativas, incluyendo obesidad, diabetes e hipertensión.

Apenas esta semana, un metaestudio que revisó datos recolectados por 75 estudios previos, confirmó que las personas con obesidad tienen hasta 48% más probabilidades de morir por Covid19. El estudio, realizado en Inglaterra, confirma otras tendencias terribles para las personas con obesidad: tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad si adquieren el virus SARS-Cov2, más probabilidades de su enfermedad sea grave si enferman y más probabilidad de llegar a una unidad de terapia intensiva si son hospitalizadas.

A pesar de lo amplio de este estudio, aun es pronto para sacar conclusiones definitivas. Pero la tendencia parece irreversible: la obesidad y otras enfermedades crónicas están resultando letales ante el avance del Covid19. Es exactamente lo mismo que han advertido científicos mexicanos (destacadamente el Instituto Nacional de Salud Pública) y el gobierno federal a través del subsecretario Hugo López Gatell.

Se entiende que por lo politizado de los tiempos, los detractores del gobierno y del propio López-Gatell quieran describir esto como una distracción del mal manejo de la pandemia. Sin embargo, lo bueno de la ciencia es que reduce la incertidumbre. No es cosa de creerle al gobierno o a sus críticos, pues es un hecho que la pandemia de enfermedades crónicas (también conocidas como no transmisibles) se está evidenciando como catastrófica ante el Covid19, así que se tiene que combatir con toda la fuerza del Estado.

De hecho, el mismo estudio realizado en Inglaterra, exhorta a los gobiernos del mundo a tomar medidas amplias y restrictivas contra la comida chatarra. (Por cierto, cita el impuesto aprobado en México contra las bebidas azucaradas como un buen ejemplo). En este contexto, los pasos que han dado los congresos de Oaxaca y Tabasco para limitar la venta de comida chatarra en sus poblaciones es crucial, como también lo es que la industria de comida ultraprocesada deje de mentirle a la población mexicana sobre la supuesta inocuidad de sus productos.

Aún estamos lejos de terminar la pandemia de Covid19, de manera que podemos esperar aún muchas más muertes lamentables. Pero que nadie se confunda: la obesidad y otras enfermedades crónicas son un problema previo y mucho mayor, que nos cuesta al año casi la mitad de las muertes en México (más de 150,000 mexicanas y mexicanos). Urge atacar este problema por todos sus frentes, si no queremos que la próxima emergencia de salud nos vuelva a sorprender malnutridos, enfermos y distraídos.