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Pueblos indígenas, el sector más discriminado durante la pandemia

Los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país, constituidas por 15.7 millones de personas, enfrentan cotidianamente formas sistemáticas, estructurales e históricas de discriminación. En cuestión de ejercicio de derechos y acceso a oportunidades para el desarrollo de vidas satisfactorias y dignas, existe todavía una gran desigualdad que se deriva principalmente de conductas, prejuicios y concepciones sobre el origen étnico, los rasgos culturales o el color de piel entre otros, que tienen fuertes contenidos discriminatorios y que finalmente se traducen en niveles injustificables de exclusión, marginación y pobreza.

Muchos pueblos indígenas viven en regiones remotas de difícil acceso y a menudo inaccesibles. Incluso antes de esta crisis, experimentaban tasas más altas de riesgos para la salud, peor salud y mayores necesidades insatisfechas en materia de atención de la salud que la población no indígena. Los pueblos indígenas ya estaban en desventaja en cuanto al acceso a la atención de salud de calidad y eran más vulnerables a numerosos problemas de salud, en particular las pandemias. No se cumplía con los determinantes sociales de la salud, como el agua potable, una dieta suficiente y equilibrada y el saneamiento básico, antes de esta crisis. Además, la expropiación de sus tierras y recursos naturales y el aumento de los conflictos en sus territorios ya ponían a los pueblos indígenas en una situación particularmente precaria.

Si bien algunas comunidades indígenas han puesto en marcha su organización comunitaria como una estrategia para proteger a su población, hay otras en donde la información no ha llegado a tiempo y en donde la falta de acciones gubernamentales ya comienza a tener consecuencias.

Todos los pueblos indígenas necesitan información oportuna y precisa sobre todos los aspectos de la pandemia, en sus lenguas indígenas y en formatos culturalmente sensibles. Para atender a la población indígena en esta emergencia, se necesita hacerlo de manera interdisciplinaria. “No se les puede dar la información como si se estuviera en la ciudad. En el mundo indígena, con las poblaciones originarias, se tienen otras concepciones sobre la enfermedad”.  A pesar de que existe información sobre el COVID-19 en las lenguas principales del país, esta sigue siendo escasa o nula en lenguas de menos hablantes como el kiliwah, tojolabal, popoluca, mazahua, chinanteco, entre otras.

Uno de los grandes retos al que se enfrenta la comunicación interpersonal en la salud pública es precisamente este incremento de la diversidad lingüística y cultural de las poblaciones que atiende.

Como señala Francisco Domingo Vázquez:

“Si la comunicación médico–paciente es un desafío entre médicos y pacientes que comparten contextos culturales y hablan el mismo idioma, mucho más lo es cuando el médico y el paciente provienen de diferentes contextos y no hablan la misma lengua, situación que aunque parezca rara y ocasional no lo es en países multiculturales y plurilingües como México”.

Aunado a este problema de falta de intérpretes, se une la escasez de glosarios de términos clínicos en lenguas originarias, restringiendo así el derecho a la salud, uno de los derechos fundamentales más relevantes, protegido tanto en instrumentos jurídicos nacionales como internacionales; no obstante, también es un derecho que aún no logra la plena vigencia en nuestro país, ya que el Estado no proporciona la atención ni los servicios médicos necesarios en todas localidades de México.

En estos rubros, las comunidades indígenas del país, tal y como sucede en otros aspectos del desarrollo social, son las más desprotegidas y a las que la atención les llega después y con deficiencias.

A fin de limitar la propagación del Covid-19, varias comunidades de pueblos indígenas han tomado la iniciativa de establecer medidas de contención y controles a la entrada de sus territorios no permitiendo la entrada de personas que no sean del lugar. Aislarse es una de sus medidas para evitar que la epidemia se extienda en sus comunidades.

A pesar de los esfuerzos que se han hecho, aún quedan varios pendientes en materia de atención médica, de recursos humanos para las clínicas comunitarias y de infraestructura y equipamiento para clínicas y hospitales.

La situación es compleja y en situaciones de impacto a nivel mundial como lo es la pandemia del coronavirus, se hace evidente para las poblaciones indígenas la falta de oportunidades para acceder a derechos fundamentales, entre los que se encuentran los derechos a la educación, a la salud y al empleo, que impide desarrollar y mantener habilidades necesarias para la consecución de vidas libres y dignas en condiciones de respeto y reconocimiento mutuos y facilitando, al mismo tiempo, la reproducción de la discriminación en otros ámbitos de la vida social, política, económica y cultural.

Los pueblos indígenas son invisibles en nuestras sociedades, pero no deben ser olvidados, incluso pueden ameritar una atención especial. Es importante comprender esta discriminación y el hecho imprescindible que estos procesos sean acompañados de políticas integrales en favor de la inclusión y la igualdad de las personas.


Fuentes:

Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (MEDPI) 

Consejo Nacional para prevenir la discriminación https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=798&id_opcion=243&op=448

Documento Informativo sobre Discriminación Racial en México. En línea: http://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/Dossier%20DISC-RACIAL.pdf

CNDH – Salud en los pueblos indígenas https://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/cartillas/2015-2016/04-Salud-Pueblos-Indigenas.pdf

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2009000200007