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El Brody, una leyenda carismática

Opinión | Alejandro Enríquez

Hola, ¿cómo están todos amigos?, como cada semana me agrada saludarlos una vez más en este blog dedicado a la información del mundo del deporte, ya sea relacionado con atletas del momento, ex deportistas importantes o sucesos que ameritan un buen café junto con una platica de análisis.

Hoy traigo a la mesa a un personaje que cambio la manera de jugar en la portería, de como vestirse, hablar y hasta de actuar. Un tipo que nos tocó verlo jugar con pasión y que pese a lo que fuera siempre dibujaba una sonrisa en su rostro. Uno de los pocos que saludaba, platicaba y hasta intercambiaba camiseta con el equipo contrario. Después de haber tenido un juego memorable para la historia del deporte regalaba todo su equipo: playera, short, guantes, vaya salía semi desnudo del campo y que recibió un apoyo fuertísimo por parte de la porra del equipo que lo vio nacer. Estamos hablando del orgullo de Acapulco, Jorge Campos, el “Brody”.

Jorge campos nació en el puerto de Acapulco, en el estado de Guerrero un 15 de octubre de 1966, y desde muy pequeño mostró su interés por el futbol soccer, practicándolo muchas veces en la playa, cosa que le ayudó mucho para su forma de rematar años mas tarde. Ya que se aventaba todo tipo de piruetas para meterla al fondo de las redes. Y es que, aunque Jorge se destacó como portero, a pesar de su baja estatura para la posición 1.68 mts, al ver poca oportunidad de jugar en Los Pumas, equipo que lo debutó en la primera división, pues el titular del arco era Adolfo ríos, optó por jugar también de delantero, cosa que tampoco hacia nada mal. Y por eso se dio a conocer como el portero goleador, ya sea porque como portero cobraba penales y faltas a favor de su equipo o porque salía a jugar al campo para buscar el gol del empate o de la victoria.

Un tipo seguro de manos y de pies, a diferencia del resto de los porteros, le gustaba jugar muy adelantado, o sea a las afueras del área grande para empujar a su equipo hacia el frente y su peculiar atuendo fue la cereza del pastel, el factor que lo catapulto hacia el estrellato internacionalmente hablando. El hecho de jugar con campos era tener 11 jugadores en cancha y no 10 como generalmente pasa.

Los ojos del mundo se pusieron en México y en él, siendo designado por la FIFA como el tercer mejor portero del mundo. Participó en muchos partidos de estrellas internacionales a beneficio de la UNICEF, un embajador del deporte, y aunque de inicio no dominaba el idioma inglés, su carisma, humildad, sonrisa y talento suplían esa carencia de idioma.

Era tan carismático que hasta los equipos rivales evitaban tener conflictos con él, algún tipo de discusión o bronca. Muchas de las veces no corrieron con tanta suerte en el juego y provocó errores que terminaron en goles en su propia portería y pues se generaba lógicamente cierto enojo, reproche y desilusión, pero pues llegabas a la conclusión que se trataba del Brody y que, así como falla una salta 10 goles y mete 5 así que pues era prácticamente imposible enojarse contra él.

Desde mi punto de vista, aunque nunca jugo en Europa con un equipo, campos fue embajador azteca del fútbol en el mundo, se manera de actuar dentro y fuera de la cancha hicieron ver a los dirigentes y equipos que el futbolista mexicano tiene una capacidad muy grande de adaptación y de sed de triunfo de trascender y ser ganadores.  Hugo Sánchez y Campos fueros piezas claves importantes para abrir brecha y al menos hacer pensar que los futbolistas mexicanos podrían ser opción. Hoy en día ya la legión azteca por el mundo es toda una realidad y esperemos que mas y mas atletas no so futbolistas salgan al extranjero y hagan escuela. Últimamente ha paso con entrenadores y metodólogos mexicanos que son altamente capaces y que fueron vistos y contratados por delegaciones de otros países.

Pues hasta aquí con parte de la historia de Jorge campos que seguramente escribirá muchas y muchas páginas más de éxito en su vida profesional. Como dice el dicho: Genio y figura hasta la sepultura.