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Científicos construyen peces robot impulsados por células de corazón humano

Peces robot para vigilar la salud de los océanos - The New York Times

Investigadores de la Universidad de Harvard desarrollaron el pez biohíbrido, que se basa en un pez cebra, a partir de plástico, papel, gelatina y dos tiras de músculo cardíaco vivo.

Los peces creados son un avance tecnológico de la bioingeniería, logrando unir dos capas de células cardiovasculares en aletas y cola de un pez robótico.

Los materiales principales empleado en la bioingeniería de los peces robots son plástico, papel, gelatina y las células vivas de corazón humano. Se utiliza una tira del músculo está en el lado izquierdo del cuerpo del pez y otra en el lado derecho, por lo que cuando un lado se contrae, el otro se estira y viceversa, lo que hace que la aleta caudal genere un movimiento que le permite nadar.

El funcionamiento de los peces se debe a que las células del corazón en cada aleta crean un estiramiento y una contracción, produciendo el movimiento que les permite nadar.

¿Qué aplicación científica tendrían los peces robot? Científicos de Harvard imitaron la mecánica del corazón de unos peces, con lo que esperan aplicar estos avances tecnológicos en la medicina, construyendo algún día un corazón artificial.

El investigador principal del proyecto, Kit Parker, mencionó a la prensa local ‘The Daily Beast’ que su verdadero interés detrás de los peces robots está en las enfermedades del corazón en niños. “Quiero construir un corazón con tejidos diseñados para un niño enfermo que nació con una malformación en el corazón. Pero no puedo poner ese corazón en un niño vivo sin haberlo probado yo mismo”

Kit Parker mencionó que su idea de desarrollar peces robots surgió al mirar una medusa el día que llevó a su hija al acuario de Nueva Inglaterra, pensando que podría construir algo similar. Así, los científicos crearon una medusa antes de los peces robots, utilizando las células de corazón de una rata, posteriormente crearon una raya con la misma tecnología. Finalmente, el último ensamblaje del pez robot fue un trabajo colaborativo entre universidades de Estados Unidos, el cual duró 108 días antes de ser una realidad. “Y lo sorprendente es que esto se autoimpulsaba. Sus movimientos son más rápidos que los de cualquier otra cosa que hayamos construido” agregó Parker

Sin embargo, la investigación tuvo contratiempos, debido a que el equipo creador de los peces robots fue investigado por el gobierno de los EE.UU. por mal uso de recursos. Dicha situación fue aclarada después de que la comunidad de científicos escribiera sobre los beneficios que tendría la creación de los peces robots. “Si estás trabajando fuera de lo convencional, no todos te van a recibir con los brazos abiertos” Con los resultados de la investigación, el siguiente paso para llegar a salvar a niños enfermos es simular el tejido cardíaco, y el que sería el corazón humano.