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El 10 de Nadia Comaneci: el día que el deporte alcanzó la perfección

Alejandro Enríquez | Deportes

Quizá los milenials y nuevas generaciones no conozcan sobre la historia y trayectoria de Nadia. Pero precisamente para eso está este blog que da la guía para que propios y extraños lo hagan o profundicen más al respecto.

Nadia Comaneci nació en Bucarest, Rumania en el año de 1961. Gimnasta rumana, nacionalizada estadounidense. Descubierta por quien acabaría siendo su entrenador, mentor, mejor amigo y a veces fungió como su padre Bela Karolyi, cuando tenía sólo seis años de edad, empezó a obtener sus primeras victorias en categorías juveniles en 1970. En 1974 ya era campeona mundial juvenil. Y aquí la pregunta del millón es si tú, que lees esto, dejarías o estarías de acuerdo en que una niña de 6 años tenga un entrenamiento de alto rendimiento y que no viva sus etapas de infancia y adolescencia por brillar en algún deporte.

En la categoría absoluta, en su primera actuación en competición internacional durante los Campeonatos de Europa celebrados en Skien (Noruega), en 1975, demostró sus excepcionales cualidades, pues superó con cuatro victorias individuales a la rusa Lyudmila Turishcheva, pentacampeona de Europa. En 1976 triunfó en Nueva York, donde, además de hacerse con la victoria en la Copa América, se convirtió en la primera mujer que realizaba el dificilísimo doble mortal de espaldas en la salida de su ejercicio de asimétricas.

Fue, sin embargo, en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) donde se reveló como un auténtico prodigio de la gimnasia: obtuvo siete máximas puntuaciones (10) y las medallas de oro en las disciplinas de paralelas asimétricas y de barra de equilibrio, así como en la general individual. Sus gráciles vuelos la convirtieron en una popularísima figura del deporte, y en su país fue recibida como una heroína nacional. Y no era para menos pues jamás alguien había sido calificado con el 10 en el mundo de la gimnasia.

Tras unos años de irregulares resultados en competición, que no le impidieron ganar el Campenato del Mundo de Estrasburgo (1978), obtuvo dos nuevas medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), en suelo y barra de equilibrio, y el segundo puesto en la general individual.

En 1984 se retiró de la competición activa para convertirse en entrenadora del equipo rumano, primero, y del canadiense, después. En 1989 se instaló en Estados Unidos, donde siete años más tarde contrajo matrimonio con el gimnasta estadounidense Bart Conner. Ahora también funge como mama de un chico adolescente y se encuentra en su mejor estado físico, ya que participa como gimnasta invitada a galas de gimnasia para recaudar fondos para asociaciones sin fines de lucro.