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El verdadero trasfondo del caso de Rodolfo el perrito

Jess Collins | Opinión


Hablemos de lo sucedido hace algunos días en Coahuila, donde un hombre asesinó a un perrito de la calle a machetazos. A decir de los vecinos, Rodolfo, como era llamado en la zona, era un animalito muy tranquilo que recibía cariño y comida de quienes viven o trabajan por ahí.

Este triste evento desató marchas para exigir que se castigue al responsable, un joven que fue identificado gracias a un video donde se le puede ver con el hacha en mano acercándose a Rodolfo, quien dormía cerca de un automóvil y con el desenlace que ya conocemos.

A todo esto, tanto el responsable como su novia, salieron a justificar dichos actos diciendo que el perro había mordido a la mujer anteriormente, causándole heridas serias en el cuerpo (hecho que no ha sido confirmado pues los vecinos aseguran que Rodolfo era un perrito muy tranquilo) y que esa era la razón por la que habían decidido  privarlo de la vida.

Y supongamos que es cierto que el animal mordió a la mujer; el hombre no mató al perro intentando salvar la vida de su novia, sino que regresó en otro momento, con un hacha y lo asesinó. Creo que entonces habría que cuestionar la estabilidad emocional de esta persona y de cualquiera que asegura “yo habría hecho lo mismo”, porque no estamos hablando de defensa sino de venganza.

Venganza contra un animal que actúa por instinto, ya sea por hambre, por miedo o por defensa, los animales reaccionan a las circunstancias. Caso contrario de una persona que tomó una decisión, porque hay que enfatizar esto, no fue en defensa propia ni de su novia, fue una acción posterior al ataque.

Se supone que los humanos somos seres racionales, pero hechos como éste me hace dudar de si realmente es así; porque no podemos ir por la vida lastimando a quienes en algún momento nos hicieron daño, ni matando animales que alguna vez nos hirieron a nosotros o a alguien cercano. Existen protocolos a seguir para, en primer lugar, verificar si el animal representa una amenaza, si tiene una enfermedad transmisible o si tiene dueño, y entonces tomar acciones al respecto.

Lo que sí es cierto, es que los animales de la calle están ahí por una razón y es por nuestra culpa, porque alguien compró un animalito del cual no pudo cuidar, porque no los esterilizó y no pudieron conseguirle hogar a todas las crías, porque alguien prefiere tener perros de raza en vez de adoptar o rescatar uno. Mientras sigamos ignorando el problema seguirán habiendo perritos en abandono que intenten por todos sus medios sobrevivir.

Y no es un problema que se acabará de la noche a la mañana, pero si empezamos a tener conciencia, si asumimos que todos somos de alguna forma responsables de esos animalitos en situación de calle, las cosas podrán mejorar poco a poco. Hay que empezar por esterilizar, por adoptar y por exigir que realmente se les proteja desde la ley y les hagan valer sus derechos. Ellos no pueden hablar ni pedir respeto, pero nosotros podemos ayudarlos.