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Helechos arborescentes, sobrevivientes desde el tiempo de los dinosaurios

Aida Pozos Villanueva de la revista La Ciencia y el Hombre para el programa El Show de la Tierra


Queridos radioescuchas  de este su programa preferido, les saludamos en esta calurosa mañana desde su revista La Ciencia y el Hombre. Como siempre, gustosos de venir a acompañarlos y juntos seguir reflexionando y conociendo lo asombroso de la naturaleza que nos cobija en este maravilloso planeta. Lamentablemente seguimos recluidos, ni modo, pero el show debe continuar y la ciencia se ocupa de seguir mostrándonos por qué cuidarla y así cuidarnos a nosotros mismos.

Así que invitándolos a leer ciencia hoy les traigo una nota bien refrescante, es acerca de los helechos arborescentes de la sierra de Zongolica. Si quienes nos escuchan no conocen todo el estado de Veracruz, les platico que esa sierra es una de las zonas más hermosas, sobre todo cuando hablamos de ecosistemas boscosos que nos proveen de ambientes inconfundibles.

Pues bien, Celena Ruiz Coyohua, desde el Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana, en nuestro número temático de Ecosistemas, que ustedes pueden encontrar en nuestra página institucional, descargar y leer, nos cuenta una historia bien bonita sobre un pueblito plácido perdido entre montañas. Inicia su relato recordando su primer contacto con los malquiques (como también son conocidos los helechos arborescentes) que se encuentran en esa zona con población en su mayoría de origen náhuatl. Ella nos narra la cultura de los malquiques, porque es algo que aprendió en su infancia en largas caminatas con su padre, quien le mostraba las plantas y animales de importancia para la familia y para la comunidad. Ahí conoció un helecho hermoso y colosal que a simple vista parecía un gigante y que tenía un significado especial, le decñia su padre que era un símbolo de que la tierra era buena, ya que su presencia se asociaba a la fertilidad del suelo y esto significaba que las cosechas serían abundantes.

Otro detalle que los hacía especiales era que servían como medicina para la diabetes. Ya luego de ser conquistada por esos gigantes Celena estudió biología y se dedicó a conocer a los malquiques desde la ciencia y ahora puede decirnos que los helechos arborescentes son plantas de gran tamaño, alcanzando hasta 20 metros de altura, con porte arborescente, parecidos e incluso confundidos con una palmera, sin embargo, no tienen flores ni frutos, su reproducción es por esporas que se agrupan en unas estructuras llamadas soros que nosotros vemos como hileras de puntitos cafés en el envés de la hoja.

El papel de las esporas es el mismo que juegan las semillas en la mayoría de las plantas, les permite su reproducción, dispersión y sobrevivencia, además que la distribución de dichos puntitos permite reconocer los diversos órdenes de helechos. Las hojas se llaman frondas y están divididas en pinas y pínulas; el tallo en muchas ocasiones está cubierto por espinas de diferentes grosores y formas y también pueden tener escamas. Quienes hemos estado en contacto con estas maravillas de la naturaleza corroboramos lo que nos dice Celena, que estas plantas son bellísimas y muy vistosas, de un color verde variado y, aunque los podemos encontrar en cafetales, a orillas de ríos o en los bordes de las carreteras, están asociados a los bosques húmedos montañosos; son bosques con abundante concentración de nubes que invaden a la vegetación y es por eso que también los conocemos como bosques de niebla.

Ese ecosistema con niebla y los portentosos helechos generan un ambiente inigualable. Pues bien, en la sierra de Zongolica ocurre una alta riqueza de especies de helechos, entonces, conocer más sobre la distribución y ecología de ellos es fundamental para contribuir a su conservación. En nuestro país existen cinco familias de helechos arborescentes y tres se encuentran en el estado de Veracruz, con seis géneros que incluyen a 15 especies, de éstas 10 se encuentran dentro de la norma oficial de protección, que tiene por objeto identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo.

Un dato interesante es que para Zongolica no se conoce la distribución de todas las especies a nivel regional, por eso es importante difundir información sobre estos gigantes que nos han acompañado desde el tiempo de los dinosaurios y, cuando los veamos, simplemente disfrutarlos y conservarlos.