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Jeanne Baret, la botánica que dio la vuelta al mundo vestida de hombre.

#MujeresQueInspiran

Nació en el valle del Loira, en Francia, y fue una alumna aventajada en el traspaso cultural del conocimiento de plantas medicinales y de la naturaleza. Aunque se sabe poco de su juventud, algunos historiadores coinciden en que era una mujer de origen humilde y que quedó huérfana antes de cumplir 15 años.

Uno de los misterios de la vida de Baret es cómo obtuvo educación, ya que su firma en documentos legales posteriores proporciona evidencia de que no era analfabeta. Una de sus biógrafas, Glynis Ridley, sugiere que su madre podría haber sido de origen hugonote, un grupo que tenía una tradición de alfabetización más alta que la típica de las clases campesinas de la época. Otro biógrafo, John Dunmore, sugiere que le enseñó el párroco o que un miembro de la nobleza local la tomó como un caso de caridad.

Más tarde conocería a otro interesado en la naturaleza, el noble Philibert de Commerson, ella se fue a trabajar a su casa y pronto comenzaron una relación; que pese a la viudez de él, aún sería considerada ilícita, por lo que esto nunca fue confirmado.

Dos años más tarde se organizó una exploración empujada por Francia para circunnavegar el globo en 2 barcos que estaban bajo el liderazgo del capitán Louis-Antoine de Bougainville. La expedición requería de un botánico por lo que el puesto fue ofrecido a De Commerson. Éste aceptó, y sumó a Jeanne como su ayudante, enfermera y compañera, aunque había un problema: las mujeres estaban prohibidas a bordo. Así, Jeanne se forró en telas el pecho, y por los siguientes dos años se unió a la expedición como Jean, generando suspicacias por nunca ir al baño con el resto de la tripulación de 300 hombres.

Las teorías de cómo fue descubierta son variadas, pero sí se sabe que tras recorrer Brasil -donde la dupla botánica descubrió y bautizó a la Buganvilia, en honor al capitán del barco, entre otras cosas- el viaje siguió por la Patagonia y Estrecho de Magallanes. Fue en Tahiti o sus alrededores que finalmente la verdadera identidad de Jeanne fue descubierta.

Así, la pareja fue desembarcada en las Islas Mauricio. Jeanne y Philibert se quedaron ahí por siete años, donde ella dio luz a un niño que se presume era hijo de Philibert pero que fue dado en adopción. Más tarde él muere y ella se casa con un oficial francés con el que finalmente se embarcó de vuelta a su país, terminando así la vuelta al globo en barco.

Pero Jeanne no regresó con las manos vacías, sino con miles de muestras botánicas que había recolectado con Philibert en el viaje y en especial de las Islas Mauricio; haciendo un aporte enorme a la ciencia. Pese a que su legado no sería reconocido por siglos, pues por mucho tiempo fue señalada como la amante del botánico oficial, la familia De Commerson decidió entregarle una parte de la herencia.

Además, el capitán Bougainville tampoco la había olvidado y es a través de su testimonio, que se acreditó que Jeanne había hecho el viaje y había circunnavegado la tierra (como “asistente”), y esto le permitió una pensión de 200 libras al año entregada por la Marina. El documento que le otorga esta pensión deja en claro la alta consideración con la que se la tenía en este punto:

Jeanne Barré, mediante un disfraz, dio la vuelta al globo terráqueo en uno de los barcos comandados por el señor de Bougainville. Se dedicó en particular a ayudar al Sr. de Commerson, médico y botánico, y compartió con gran valentía las labores y peligros de este sabio. Su comportamiento fue ejemplar y el señor de Bougainville se refiere a él con todo el mérito. Su Señoría ha tenido la gentileza de conceder a esta extraordinaria mujer una pensión de doscientas libras al año que se sacarán del fondo para militares inválidos, la pensión se pagará a partir del 1 de enero de 1785”.

Con el tiempo, además de reconocer su hazaña, también se le consideró una mujer botánica.