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La obscura vida de: Julio César Chávez

Que tal, ¿cómo están todos?, espero que muy bien como cada semana es un gusto y un placer saludarlos por este medio y poder comentar algo relacionado con el apasionante mundo del deporte. Hoy quiero platicar de un deportista que estuvo en lo más alto del mundo, pero que vivió una gran adicción a las drogas y al alcohol que lo dejó en la lona y prácticamente sin familia, sin trabajo y sin dinero.

Se trata del orgullo de los Mochis –Julio César Chávez, el gran boxeador mexicano– así lo presentaban al campeón de todo el mundo libra por libra.  Escuchando un par de entrevistas a fondo de su vida, los boxeadores que llegan a ser campeones del mundo, es porque tienen hambre de triunfo y trascender. Y es verdad que los campeones del mundo en la división que sea, tienen muchísimas carencias en su vida personal.

Julio era uno de los 10 hijos que vivían en un vagón de tren junto con sus papas. Su padre era ferrocarrilero y su madre era ama de casa, lavaba y planchaba ajeno por unos pesos o comida. Estos fueron los principales motores para que Julio César Chávez fuera campeón del mundo. El propio boxeador comenta que dormían en el piso del vagón amontonados todos los hermanos y que era prácticamente imposible dormir en esas condiciones, sumándole el hambre y el frio que pasaban cada noche.

La fama y la fortuna tocó a su puerta desde muy chico, ya que sus hermanos son los que querían que Julio fuera boxeador para ganar unos pesos y apoyar con algo a sus papás. Su talento natural para el deporte lo hizo pensar que nunca perdería y que nadie podría ganarle alguna vez en la vida. Pero realmente se equivocó y por mucho ya que a diferencia de otros campeones Julio terminó su carrera deportiva con una serie de derrotas desastrosas y que lo hicieron ver tan mal que casi logran borrar toda su trayectoria.  El propio campeón narra que su adicción a las drogas era tan grande, que en sus últimas peleas lo que menos le interesaba era ganar, él quería llegar al vestidor donde sus “amigos” lo estaban esperando para iniciar la fiesta.

Lo increíble de todo este asunto es que su hijo mayor, Julio Jr., también tenía un tremendo potencial para ser boxeador profesional y así lo hizo. Era apodado el hijo de la leyenda, pero no solo lo imitó en ser campeón del mundo, sino también en todos los excesos como drogas, sexo y alcohol. Desafortunadamente para el junior su talento si era limitado por lo que su carrera no duro tantos años como la de su papá, pero fue estas adicciones las que hicieron que finalmente el padre pudiera rehabilitarse por completo y llevar 12 años sin probar alcohol ni algún tipo de droga.

También la popularidad con las mujeres hizo que Julio tuviera todo tipo de novias del medio artístico, pero eso si pues debía de tratarlas como unas reinas y eso era dinero, mucho dinero punto que le pasó una factura muy difícil de pagar pues prácticamente se quedó sin nada de todo lo que poseía en su mejor momento.

Actualmente, Julio César forma parte de la mesa de especialistas en box de TV Azteca, ya un tipo que aporta su crónica sincera y emocionante, muchas veces gritando y dejando escapar una que otra grosería, pero ya consolidado en la crónica deportiva. Ya para terminar el récord de Julio es muy difícil de igualar a pesar de haber vivido 6 desastrosas derrotas, además que a los boxeadores que derrotó eran otros profesionales como como sucede hoy en día que hay campeones fabricados y solo enfrentan a internacionales desconocidos. Esperemos que Canelo Álvarez sea unos de los tantos boxeadores mexicanos con futuro y talento. Se debe de trabajar en la formación de peleadores que puedan llegar a donde solo julio lo pudo hacer. Hasta aquí por el momento y nos leemos la semana que viene.