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Sin ser científica, inventó la prueba de embarazo casera

Margaret Crane, diseñadora gráfica, fue contratada para realizar unos bocetos para una línea de cosméticos de una compañía farmacéutica, pero una sagaz observación de la joven publicista la llevó a crear una prueba «clave» en la historia de la liberación de las mujeres.

Era el año 1967 y en una visita a los laboratorios de Organon Pharmaceuticals en West Orange, New Jersey (Estados Unidos), algo llamó la atención de la diseñadora gráfica: una larga fila de probetas apoyadas sobre una superficie con un espejo.

«Mirándolos, inmediatamente pensé que sería muy sencillo que las mujeres lo hicieran ellas mimas en casa… así que intenté hacer lo posible para que así fuera», le dijo Crane a BBC Mundo.

Sin ningún tipo de formación científica, pidió ayuda a uno de los químicos de la farmacéutica, quien le explicó cómo funcionaba la prueba. Era conocida como la Prueba de Inhibición de la Hemaglutinación, y se utilizaba hCG purificada mezclada con una muestra de orina y anticuerpos contra hCG.

El procedimiento era algo tedioso. Se colocaban en una línea los tubos de ensayo, llenos de orina y reactivos, y se dejaban sobre una superficie de espejo. Eventualmente los tubos de ensayo mostraban un aro rojo que se reflejaba en el espejo. Con esta idea en la mente, Margaret comenzó a experimentar.

En cuanto llegó a su casa en Nueva York se puso a “pensar en algo que sujetara un tubo y un espejo”, dijo. Trabajó durante mucho tiempo y, tras varios intentos, un objeto sobre su mesa le dio la solución. El prototipo final, consistió en un kit con un gotero, un vial con varios reactivos, un armazón y un espejo.

“Tenía una pequeña caja de plástico donde guardaba clips y me di cuenta de que era perfecto, tenía la forma perfecta, podías ver a través de él, poner un espejo e incluir un cuentagotas”, contó. “Temían que poner directamente en manos de las usuarias un producto así acabara con el negocio del laboratorio y pensaron que además a los médicos no les gustaría la idea”. A pesar de eso, el prototipo fue materializado años después.

 Efectivamente, no faltaron las críticas de aquellos que se opusieron por motivos morales, las de quienes consideraban que las mujeres no tenían derecho a someterse ellas mismas a la prueba; incluso se asoció́ con aborto. Ella estaba segura que una prueba casera sería súper útil, y que las mujeres debían de saber si estaban embarazadas sin tener que esperar un par de semanas. Trabajo durante mucho tiempo hasta llegar al prototipo final, el cual consistía en un kit con un gotero, un vial con varios reactivos, un armazón y un espejo.

En 1971, Margaret patento su diseño, llamándolo “Predictor”, aunque después le cedió la patente a la compañía farmacéutica donde trabajaba, y nunca recibió compensación por su invento. Sin embargo la prueba “Predictor” no fue lanzada al mercado inmediatamente. En 1978 empezaron a aparecer los primeros anuncios publicitarios en Estados Unidos. Durante esta época también aparecieron pruebas como e.p.t (la «prueba de embarazo precoz» por sus siglas en inglés), ACU-TEST, y Answer.

Las pruebas de embarazo caseras han sido uno de los inventos más importantes. Gracias a ellas las mujeres pueden saber si están embarazadas en las primeras semanas, y todo en cuestión de unos pocos minutos. Pueden empezar a tomar ácido fólico, a evitar el alcohol y el cigarro, y cuidarse de riesgos ambientales, obteniendo un mejor resultado para el bebé.