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Zoonosis y actividad humana: el azote del mundo

Hoy reseñamos a ustedes una de las secciones estrella de la revista La Ciencia y el Hombre, Breves de Ciencia, escrita por la Dra. Beatriz Beristáin. Hablaremos de las enfermedades zoonóticas, ese término de tiempos pandémicos que se define como el grupo de padecimientos infecciosos que se transmiten, de forma natural, de animales vertebrados a seres humanos y viceversa. Las zoonosis conocidas en la historia de la humanidad son numerosas, podemos recordar aquellas que hace poco han tenido brotes, como el síndrome respiratorio agudo grave, causado un tipo de coronavirus que impactó en 2003, o la pandemia de gripe de 2010 causada por el virus H1N1, la cual se dijo fue transmitida de cerdos a humanos; sin duda es importante saber que los cerdos llegan a infectarse con virus de aves o de seres humanos.

También se nos explica que los coronavirus se reproducen en un amplio rango de especies animales, incluyendo el ser humano. Hoy el mundo se encuentra en jaque por el coronavirus SARS-COV-2, una enfermedad que se dice causada por la transmisión de virus de huéspedes animales a la población humana, aunque no se ha confirmado la ruta utilizada, culpando injustamente a los murciélagos. Aunque se han hecho grandes esfuerzos para paliar la enfermedad, incluyendo el confinamiento de personas y la reducción de las actividades humanas, hay algo que se ha ignorado y que es el origen, la causa fundamental: la destrucción de los hábitats naturales de las especies.

En el informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente se anota que la actividad humana de los últimos años ha sentado las bases de las pandemias, debido al aumento de la urbanización, la rápida expansión de las ciudades y la agricultura industrializada. En el Show de la Tierra y en nuestra revista sabemos que hay que atender lo que dice, pero también es importante subrayar lo que no se dice en los medios de información.

Por ejemplo, la malaria o paludismo se ha propagado a nivel mundial por muchos años; se le considera una de las más mortales de toda la historia. Es otra enfermedad infecciosa causada por un protozoario que es transmitido por las hembras de unos mosquitos, que cuando pican a una persona dejan entrar al parásito al torrente sanguíneo, y ya dentro lo que hace es infectar los glóbulos rojos de la sangre, ahí se reproduce.

La malaria es otra enfermedad zoonótica que se dice pasó de los primates a los humanos, allá en África, cuando se empezó a cultivar un tubérculo comestible, base de la alimentación de esos pueblos. Y eso ¿cómo ocurrió?: resulta que al deforestarse la selva, la mayoría de los mamíferos huyeron, y entonces el mosquito encontró en los humanos una fuente de alimento, y su parásito un hospedero. Luego, la malaria se extendió debido a la movilidad humana, propagándose hacia el mundo. Es una enfermedad muy antigua, aún con eso se estima que para 2018 hubo 228 millones de casos y 405 mil personas murieron por su causa. Si anotamos lo que no se dice, diremos que la malaria causa la muerte en asociación con la malnutrición, enfermedades diarreicas o respiratorias, porque los países donde el paludismo cobra más vidas son los más pobres del mundo.

Y los seres humanos ¿cómo participamos?: cuando la malaria llegó a Latinoamérica la gente local usó la corteza del árbol de la quina para combatir la enfermedad, entonces, la quinina que se extraía de ese árbol se convirtió en un jugoso negocio, y el resultado fue la explotación de las poblaciones naturales de la especie, lo que hizo que casi desapareciera de su hábitat. Hoy, el daño causado la tiene en peligro de desaparecer.

Debiera ser de todos sabido que, cuando se alteran los sistemas naturales por la actividades agrícolas y ganaderas, cuando se contaminan y destruyen hábitats, se pierde biodiversidad, es decir, estamos afectando la salud del planeta, pero… hacemos como que no lo vemos. A quienes comunicamos la ciencia sólo nos queda decir lo que no se dice y esperar que pronto, el látigo de las enfermedades zoonóticas deje de azotar a los más pobres.