Sitio oficial de RADIOMÁS

Gal Costa, la voz penetrante del movimiento Tropicália de Brasil, murió a los 77 años

Información tomada del portal de la NPR de Estados Unidos

Gal Costa, la cantante brasileña y figura clave del movimiento Tropicália de finales de la década de 1960, murió este miércoles a los 77 años. Así fue informado de manera oficial a través de sus redes sociales.

Maria da Graça Costa Penna Burgos, conocida como Gal Costa, nació el 26 de septiembre de 1945 en Bahía, estado ubicado al noreste de Brasil y que también fue hogar de los influyentes músicos Gilberto Gil, Caetano Veloso, Maria Bethânia y Tom Zé. Cuando se mudaron a São Paulo, este aventurero grupo de músicos fusionó ritmos tradicionales con los sonidos emergentes (e insurgentes) del rock psicodélico en la década de 1960.

El debut de Costa y Veloso en 1967, con el disco “Domingo”, estaba empapado de bossa nova, que en ese momento estaba cosechando éxito comercial y de crítica dentro y fuera de su país; hay una ligereza en su voz que refleja el contexto de la época.

En 1968, fue una cantante destacada en la compilación Tropicália: ou Panis et Circencis, la cual no solo fue un acercamiento a estos artistas, sino un manifiesto que desafió las estructuras predominantes de la cultura y la política popular. El dulce arrullo de Costa permanece en «Baby», una canción arrolladora que se convertiría en su tarjeta de presentación, pero en esos exuberantes arreglos de cuerdas su voz también se convirtió en un instrumento afilado capaz de atravesar la belleza.

Costa fue autodidacta, «sin formación profesional alguna», dijo al New York Times en 1985. «No estudié música, y no leo música; Yo canto por sentimiento.» 

Si bien nunca abandonó sus raíces en la bossa nova, su autorrealización como cantante se volvió crucial para una serie de álbumes lanzados rápidamente: el LP Domingo junto a Veloso de 1968 y dos álbumes homónimos de Gal de 1969. Particularmente, en es último, donde Costa hizo una ecléctica mezcla de música pop brasileña, rock psicodélico y vanguardia, su voz no es tanto el pegamento sino el líquido.  

Caetano Veloso y Giberto Gil, considerados demasiado radicales por la dictadura brasileña entonces en el poder, fueron exiliados a Londres a fines de 1968; época en la que Costa los visitaba y continuaba interpretando su música, pero permanecía en Brasil. 

Gal Costa lanzaría varios álbumes y realizaría giras por todo el mundo en las décadas siguientes. Sus antiguos colaboradores nunca estuvieron lejos de su mente o el estudio: Recanto de 2011, sobre todo, es una salida revitalizada con el mismo Caetano Veloso. Y apenas el año pasado, Costa lanzó una serie de duetos llamada Nenhuma Dor, con Rodrigo Amarante, Seu Jorge, Jorge Drexler y el hijo de Caetano, Zeca Veloso.

Ella continuó actuando; sin embargo, luego de una cirugía reciente en septiembre para extirpar un nódulo de su cavidad nasal derecha, canceló una presentación en el Festival Primavera Sound en São Paulo.

«Con ella parten la tierna voz [y] el encanto do canto, que siempre fueron su marca registrada», compartió Gilberto Gil en portugués a través de un video. «Nos queda la saudade, la tristeza, el dolor».